Mi nombre es T. V., me encanta tanto mi nombre pero no puedo pronunciar nada con mi inicial, por ejemplo, Tu nombre y Tiempo.Sinónimos que reemplazan excusas,cuando no puedo terminar con mis tareas, por falta de concentración.
Miro de reojo mi ventana, así algún rayo de luz, se escapa e ilumina mi soledad. Hay cúmulos desafiantes en mi entrada,pero el ruido de los pajaros es lo único que me hace entonar un nuevo tono.
No todos mis animales están de acuerdo con vos,las mariposas que vos ocasionaste,la gastritis las mató. Y no miento, tus palabras tan ácidas fueron eternos inviernos en mi vientre, mientras apenas vivíamos tres veranos.
Quisiera odiarte, sos como el abuelo que promete tanto a un nieto, que lo va a ir a buscar, y cada día lo espera impaciente a la salida del colegio.Él no va a llegar, vos tampoco.
Cada minuto que pasa te extraño más, pero algo me consuela y pienso que falta menos para verte.Esta espera es cómo el ruido incesante de la gotera del baño, que tapa el resto de los sonidos,cuando quiero escapar de todo, incluso de mi misma.
Espero el día adecuado para encontrarnos,ilusionada,quizás mi piel se marchite,pero dudo que mis latidos dejen de gritar,para sentir nunca es tarde, me repito incesante.
Algún día se bajara del auto, y me pedirá que lo lleve a caminar.En algún recoveco de su palma siento que quiere enseñar mi mano pequeña al resto del mundo.
El me dice que soy hermosa, que le lleno el corazón.Todavía debe guardar mi pañuelo rociado de vainilla, entre sus libros de historietas.Quisiera que sostuviera mi sombrero cuando ya se haya ido el sol.
Hoy sus manos parecen temblar,quisiera que sea complice de nuestros años dorados, sobre nuestros cuerpos cansados, y ojos plenos de amor, ya se había perdido la esperanza, de saber de que se trata,pasar los días de a dos,no importa que se ha tardado,pero tal vez uno de estos días sea el día adecuado para encontrarnos.