Artista
"Un estruendo de intensidades desordenadas,distraida del mundo, encerrada entre las paredes invencibles del amor, la eternidad de la promesas me castiga con un latigo incesante.El camino no termina nunca la carrera es infinita como el laberinto del dolor. Borraré con el dolor cada una de las palabras dichas en voz baja.Si te mueres, si vives, si te levantas, seré el color de la rosa de tu sueño. Trazaré otro firmamento."
22 de enero de 2013
Hoy es un día muy especial, y es como cualquier otro. Es un día en el que puedo confirmar que a pesar de todo soy feliz.
Y ser feliz no es cosa fácil, ni agradable; para ser feliz, tenes que ser fuerte y tenes que tener paciencia. Tenes que demostrar y demostrarte que hay movimientos maxilares dispuestos a levantar tu cara.
Quizás no sea una persona extraordinaria, pero soy feliz y en mi mundo, me gusta como soy. Me gusta que a pesar de todo, nunca necesite una careta, ni decir que estaba bien, cuando estaba mal. Tal vez también por eso, muchas personas me han tildado como loca, pero son las mismas, que siempre han querido saber de mi.
Para ser feliz, tuve que hacer venganzas, escribir mucho, comer en demasía, llorar constantemente en la almohada, sacarme millones de fotos, para confirmar que aunque sea por fuera, era pasable, auto-aceptarme. Me tatué, y me volví a tatuar, escribí miles de mensajes de los cuales, me arrepentiría, tuve que defraudarme demasiado, y sobre mis pasos, tuve que pintar mi pasado.
Lo más triste del proceso, fue desilusionarme, descubrir esos desencantos que te llevan a la realidad. Pero si no hubiese conocido la realidad, hoy no sabría que soy increíble.
Ni más auto-mutilaciones, ni más amenazas, ni más manipulaciones, ni más mentiras. Ser feliz, me hizo libre.
Conocerse, es descubrirse, y la libertad es un camino hacia el conocimiento, hacia el amor puro, el amor hacia nosotros mismos.
Cuando te amas, cuando te aceptas, das amor; y el amor te transforma. Se transforma en pasión, y también lo conduce al sexo libre, sin cadenas. La aceptación de lo que tenemos, abre caminos. Y los caminos conducen al éxito. Mentalizas un camino, una ruta, un destino, y te pones a vos en esa carretera, fijas un rumbo, y te dejas llevar. Te dejas llevar, y que el agua corra hacia vos, dejas que fluya, pero no miras nunca hacia atrás. Porque la clave de ser feliz, es nunca mirar hacia atrás. Es perdonarse, y crecer. Cuando miras hacia adelante, pensas que en cualquier momento tu camino se puede bifurcar, cruzas los dedos y rezas para que nada se detenga, y quizás te rendís.
Cuando pensas que podes quebrar y que no tenes más fuerzas, algo sobrenatural sale de vos, y te elevas. Te elevas tan alto, que no te deja ver que en el momento que pises bien fuerte la tierra, tus sueños, se conducen hacia vos. Porque uno nunca elige su camino. El camino lo elige a uno.
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