
Un domingo vuelvo a tropezar,pero la caída no es vertical,esta vez hago equilibrio con los brazos,se mantienen fuerte al unisono del estallido con la tierra.Hoy es un día que amenaza con llorar lágrimas de sal, voy a cocinar para alimentar mi espíritu y luego dormiré,este cansancio acumulado me tiene desganada.
Repare mis sueños, y volví a coser mi sonrisa,hoy se mantiene recta casi en diagonal.Quiero fundirme en el calor de un abrazo,que sujeten mi cuerpo hecho cenizas, y ardan brazas formando círculos.Sino embalsare mi cuerpo hasta el día que vuelva a entrenar, dejando salir de mis venas, lo que más temo perder.
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